Markoff, cuenta emocionado que su historia de ciencia ficción preferida
es Her, la película del 2013 en el que el personaje interpretado por Joaquin
Phoenix se enamora de un sistema operativo que se conoce como
Samantha, con la voz sensual de Scarlett Johanson, porque gran parte de
la trama ya es “muy lograble. Uno quiere gritar—la quiero a Samantha,
ya”. Dejando de lado el aspecto de Singularity, en el que Samantha se une
al otro sistema operativo en una especie de rapto de asistentes virtuales,
Gruber afirma que, más o menos, cualquier parte de esa película podría
pasar hoy en día. Ya existe esa tecnología, pero la mentalidad humana es
el obstáculo—o, como dice Gruber, la única “traba es la psicología de la
emoción humana”.
Para Gruber, Siri no solo mejora la productividad, también facilita la
comunicación entre las personas. Siri es más que solo un medio de
productividad, es una interfaz conversacional y una verdadera
compañera. Cuando Markoff pregunta por qué deberían los humanos
confiar en una asistente virtual, Gruber dice que, conforme las máquinas
se vuelvan cada vez más inteligentes, los humanos van a volverse más
inteligentes también. Se refiere a esto como Humanistic AI (AI
Humanística), un logro en el que los rasgos humanos y el aprendizaje
automático se fusionan a beneficio de la humanidad. A modo de
testimonio, comparte la historia de Daniel, un hombre ciego y
cuadripléjico que se enamoró de una mujer a la que conoció online.
Gracias a Siri, Daniel puede manejar su propia vida social y romántica con
el teléfono y la computadora, sin depender de cuidadores. Como el
sistema operativo de Her, Samantha, que es tanto escritora fantasma
como interés romántico, Siri cumple el rol estricto de su género,