Camión de lavandería
De TLtropes
A pesar de la “muerte del autor” las teorías vienen con nombre y apellido y nos gusta imaginarnos a los críticos literarios cuyas fotocopias llenas de signos de interrogación tenemos entre las manos. Por eso las pequeñas anécdotas banales y curiosas de sus vidas personales nos encantan. Tal vez vuelven a la teoría más humana o simplemente alimentan nuestra vieja chismosa interior, en cualquier caso, todos recordamos enterarnos de que Barthes murió atropellado por un camión de lavandería y desde entonces miramos sus apuntes con otros ojos. Son también una buena forma de identificar autores cuando su nombre se nos escapa, pues cosas como “sí, ese que empieza con “B”” llevan a confusión, pero “el que se fumó su tesis” son únicas.
Suelen ser usadas por los Trivia Lords.
Ejemplos:
La muerte de R. Barthes. La vida de M. Bajtín y sus dobles en Siberia. E. Auerbach en Turquía pensando en el fin del mundo. La muerte de todos los estructuralistas vista en conjunto. Benjamin y el cianuro. Derrida, la película. M. Foucault saliendo a contagiar HIV antes de morirse. El mismo Foucault haciéndose coser el ano.