Cucaracha voladora

“No uso entonces los quince años de Ortega para determinar los estratos generacionales y tampoco uso el argumento de las generaciones para excluir” - E. Drucaroff, Los prisioneros de la torre, p. 33.
“Julia Saltzmann, editora de literatura argentina en una editorial importante, que pertenece a la generación «de mando y predominio» (diría Ortega)” E. Drucaroff, Los prisioneros de la torre, p. 44.

Vaciamos el frasco entero de insecticida acción instantánea sobre el insecto, al grito de “¡cucaracha, cucaracha!”, y no nos calmamos hasta no verla panza arriba, pataleando como corresponde. Cuando, las manos aún temblorosas, nos vamos a servir un vaso de algo fuerte antes de decidirnos a tirar el pequeño, oscuro, alado y artrópodo cadáver, resulta que el bicho, no se sabe cómo, se ha tambaleado y se ha metido en la cocina con nosotros.

De modo semejante, a menudo el investigador se toma un trabajo casi excesivo en justificar por qué determinado autor o determinada teoría no entrará en su marco teórico. Para después, a veces con el leve velo culpable de la ironía, a veces con un concesivo culposo, a veces sin nada, terminar por citarlo o referir a sus concepciones unas páginas más adelante.


Ejemplos

Drucaroff con Ortega y Gasset, Doležel con Auerbach, prácticamente cualquier uso actual del término "amor cortés".

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