El refrito
De TLtropes
A menudo el lector de teoría y crítica literaria se encuentra durante su lectura con un incómodo déjà vu. No es la luz pálida ni las esporas de los muchos hongos que crecen en la humedad del Instituto de Filología, no es esa puerta que acaba de cerrarse, ni siquiera el tembloroso movimiento de ese culo subido a una silla enclenque para alcanzar algo en los estantes más altos. No es esa manchita amarillenta en el borde de la hoja tampoco, ni el escozor alérgico que producen las páginas polvorientas que han dormido en los estantes varios años y un par de inundaciones. Es algo en este párrafo de ponencia publicada en 1995 que resulta incómodo, reconocible. Entonces llega la revelación: en ese libro del mismo crítico leído la semana anterior y publicado hace dos años hay varias líneas, varios párrafos, incluso un par de páginas casi gemelas, en donde el lector puede bien adivinar la mano que ha revuelto viejos archivos en formato Word Perfect y ha operado el mágico copy paste.
Ejemplos:
Sería más sencillo enumerar a los que nunca lo hicieron.