Si Evita viviera
De TLtropes
Una parte muy mayoritaria de la Humanidad está compuesta por sujetos que aceptarían ser inmortales si se lo propusieran. Pero dado que no somos elfos y que, si todo va bien, con muchísima suerte, salud y medicina espichamos rondando el siglo de vida, muchos de nosotros se las ingenian por buscar otras formas de prolongar los efectos y señales de su existencia sobre la Tierra: la mayoría apuesta a la procreación, que normalmente sólo tiene un costo inicial de un rato de sexo; pero los hay que se dedican toda su vida a perpetuar su nombre dedicando su alma a alguna labor, y entre ellos se cuentan muchos teóricos literarios que no se conforman con ser una hormiguita trabajadora, sino que quieren que se los recuerde como “qué grosso era X”.
Un efecto colateral de esto es que el teórico se expone irremediablemente a los esfuerzos vanos de sus epígonos por hacerlos hablar para salvarles las papas, mucho mayores sin duda a los que se realizan por volver a la vida al helado Walt. Porque un teórico muerto, se sabe, no va a poder quejarse de lo que hagan de él, y por ende puede resultar mucho más útil que uno vivo. Así que nuestro joven epígono teórico muy vivito y libre de gusanos puede dedicarse tranquilo a inmortalizar a su héroe con palabras nuevas que nunca salieron de su pluma ni de su boca, pero que seguro que si hubiera vivido las habría dicho.
Muy a menudo emparentado con Mamá Mona.
Ejemplos:
Adorno y Lukács con Marx, M.Vedda con Adorno.