Identificaciones imaginarias

De TLtropes

Me desperté, me lavé la cara, y cuando vi mi reflejo en el espejo del baño, noté que me había convertido en un francés rebelde de finales de los 60. Quise gritar, pero de mi boca sólo salían palabras como “rizoma” o “logocentrismo”, siempre arrastrando las erres y con un gesto de dolor y superioridad intelectual. Desde entonces he tratado de conciliar mi realidad de estudiante o crítico de segunda linea con mi nueva identidad, empleando estos y otros conceptos de forma axiomática, y celebrando el día de la Bastilla comiendo baguettes. Cuando siento dudas, refuerzo mi imaginación narcisista empezando cada texto o cada intervención anunciando mis intenciones de pelearme con críticos que han muerto hace mucho, elevando a la categoría de dogmas un par de metáforas cuestionables y viviendo en la visión flashera del futuro de un pasado no muy lejano. Creo que defiendo mi independencia y mi identidad a rajatabla cuando en rigor soy un cover de la de otra persona. Si mi modelo era un revolucionario de sillón, yo no puedo aspirar a más que un banquito.

Ejemplos:

Es muy habitual en los lectores apasionados de Deleuze, o en los escuchas apasionados de los lectores apasionados de Deleuze. También Foucault puede causar un efecto similar, aunque en general es menos pernicioso. Afuera: Rorty y Derrida. Adentro: Sarlo y Williams.